LA CACERÍA
El pasado viernes La Brújula en Onda Cero trasladaba en tiempo real desde Ayamonte esta primicia informativa: Ricardo Suárez, el presunto asesino de Gaspar García en Sevilla, se está entregando voluntariamente a la policía española acompañado de su abogado Javier del Rey. Lo contó en directo el periodista Manuel Prieto, testigo de la entrega. Ricardo Suárez había justificado su criminal actuación contando que estaba amenazado y perseguido por otra banda rival y creyó que alguien de ese clan había intentado matar a su hija menor. Esa circunstancia le condujo, enloquecido, a buscar el arma y disparar convencido de que mataba a uno de sus perseguidores.
Pero lo que a primera vista parecía una gran noticia, la de poner a disposición judicial a un presunto homicida, se ha convertido en un intento de cuestionar por parte de la Policía la función de los medios de comunicación y el trabajo de los periodistas. Veamos como y por qué.
LOCALIZADO, PERO VA EL ABOGADO
Y PRIETO COGIÓ SU CÁMARA
Prieto era portador tan solo de una pequeña cámara doméstica y allí que se fue a realizar su trabajo, como otras muchas veces acompañando a policías o a guardias civiles. Pero fue al volver de Portugal y ser identificado como periodista en Ayamonte por los funcionarios de Homicidios cuando empezaron los problemas. La corrección policial para con él brilló por su ausencia en la Jefatura. Esa misma noche el propio Jefe Superior de Policía, Enrique Álvarez Riestra, llamó a su despacho al abogado Javier del Rey y le censuró en tono bastante elevado que hubiese llevado a la cacería portuguesa “a la prensa” incumpliendo lo pactado. El Jefe Superior quería saber más, quería saber cuántos millones le había pagado Antena 3TV al abogado por la exclusiva. (Este no conoce a Mauricio Carlotti) El jefe policial también le recordó que “el tal Prieto” ya estuvo envuelto hace doce años en aquel otro escándalo del niño Kiko, cuando la policía registró la habitación de dos periodistas de Antena 3 TV alojados en un hotel, actuación ilegal tras la que Prieto exigió explicaciones en nombre de la emisora a la Jefatura de Sevilla: “creíamos que eran terroristas”, le dijeron. Un oscuro y triste capítulo policial, periodístico y judicial que quizás Enrique Álvarez no recuerde bien o no conozca. Mejor olvidarlo en cualquier caso.
SECRETO DEL SUMARIO
El enfado en la Jefatura solo se justifica por un cabreo mucho mayor en los despachos políticos de los que depende el Jefe Superior. Porque no parece que la resolución de este asesinato vaya a quedar impune por culpa de la prensa. Por eso habrá que buscar razones más políticas para argumentar el enfado y esas motivaciones están en las declaraciones del asesino confeso ante una cámara de televisión. Un hombre con ese perfil, armado y amenazado de muerte, estuvo alojado por el Ayuntamiento de Sevilla en un albergue municipal, sin los controles pertinentes de tipo policial que serían del caso. Ahí está el problema, no en que un periodista haga bien su trabajo.
SISMOGRAMAS
Uno. El PSOE a por todas: ni Magdalena Álvarez para Málaga, ni Carmen Calvo para Córdoba están descartadas. Paulino de cabeza para Marbella.
Dos. En marzo los socialistas conocerán la gran encuesta que les permita diseñar las municipales de 2007.
Tres. El escándalo del chalé de Marisol Yagüe revela, también, que Roca ya no la protege porque no le sirve.
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